Por algún extraño motivo me siento en la obligación de poner por escrito que este blog ha llegado a su fin. A lo largo de estos 16 años, con bastantes pausas de por medio, documenté un poco de nada y mucho de todo. Detrás de la pantalla y el teclado, navegué mi carrera, relaciones, mi salud. Hay tantas cosas que pasan en el 40% de tu existencia. Pero no todo llegó a este blog, especialmente en los últimos años. Aquí no hay registro del nacimiento de mi hijo (y vaya qué historia), ni de mi experiencia tratando de equilibrar la maternidad con la vida de diosa doméstica y todavía mantener algo de lucidez para mi trabajo remunerado. Tampoco hay nada sobre mis duelos, incluyendo el fallecimiento de mi abuela. Quisiera pensar que eso y lo que venga quedará documentado en algún otro lugar, pero la realidad es que cada vez tengo menor capacidad de introspección. Capacidad, tiempo, espacio mental, ganas, ¿todas las anteriores? Quizás no soy solo yo sino los tiempos en que vivimos. Todo es ...
Que curioso, desde hace algunos años he sido una persona depresiva, y nunca me había puesto a pensar en eso
ResponderEliminarBuena pregunta, de la cual desconozco la respuesta.
ResponderEliminarSaludos.
Considero que no y por otro lado y como con toda enfermedad, las farmacéuticas siempre le sacan lucro a todo lo que pueden.
ResponderEliminarGenius.
Genius, ¿entonces en qué momento de la historia aparece la depresión? ¿Alguna vez fuimos inmunes a sentirnos "de capa caída", como dice mi mamá?
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